Luxury Retreats, expertos en vacaciones en Belice

Ubicado entre México y Guatemala, en la costa este de Centroamérica, puede que Belice no sea un país muy extenso (tiene una superficie de aproximadamente 23 000 kilómetros cuadrados), pero es un destino que ofrece infinidad de posibilidades. La jungla, que ocupa una parte del país, es el hogar de una fauna muy diversa y de múltiples ruinas mayas; de hecho, los yacimientos arqueológicos que podrás descubrir en tus vacaciones cuentan con numerosos templos y asentamientos que te acercarán a la misteriosa civilización que sentó su base en Belice. Este país acaricia también las cálidas aguas del mar Caribe, que regala innumerables joyas submarinas a los amantes del buceo y, a quienes disfrutan con el sol, unas 200 islas o cayos en los que el verano no termina jamás. Si a todo esto le añadimos que unas vacaciones en Belice te permitirán desempolvar tu inglés (es el único país centroamericano donde es el idioma oficial), ya tienes el destino perfecto para tu próximo viaje.

La barrera de coral de Belice es la segunda más grande del mundo (después de la Gran Barrera de Coral de Australia), con más de 100 tipos de coral y unas 500 especies de peces que viven en sus aguas tropicales. Para los buceadores, el enclave más atractivo será el Gran Agujero Azul. Creado hace miles de años cuando el techo de una cueva subterránea se derrumbó, es un círculo perfecto en el océano que mide 300 metros de ancho y tiene unos 120 metros de profundidad. Solo a los submarinistas más experimentados se les permite explorar esta maravilla, pero no te preocupes: en los alrededores se puede practicar snorkel ¡y también verás auténticas joyas!

Otra buena opción es la reserva marina Hol Chan, a unos 6 kilómetros de la costa oriental de Belice y al sureste de la isla Cayo Ambergris. La reserva abarca casi 8 kilómetros cuadrados y cuenta con una numerosa población de rayas, anguilas y tiburones. Además, sus aguas cristalinas y su abundante vida marina la convierten en un lugar privilegiado para practicar snorkel y buceo.

Si planeas tu viaje a Belice entre marzo y junio, tendrás más posibilidades de conocer al pez más grande del mar: el tiburón ballena. Estos enormes escualos son inofensivos, pueden llegar a medir 12 metros o más y se alimentan de plancton, por lo que es completamente seguro nadar a su lado. Por supuesto, puedes quedarte en el barco y admirarlos desde lejos; pero, para los más valientes, hacer snorkel (menos estresante para ellos que el buceo) con estos amables gigantes puede ser la mejor experiencia de su vida.

Si eres de mente curiosa, podrás aprender mucho sobre el reino animal tanto en tierra como en el océano. Creado inicialmente como un santuario de animales, el zoológico de Belice te dará la oportunidad de observar a la fauna autóctona del país: sus casi 12 hectáreas albergan más de 45 especies. Además, el zoo contribuye a la conservación y protección de los animales, y también ofrece formación. Recorre sus senderos selváticos y ve descubriendo pumas, guacamayos escarlata, serpientes de coral y monos aulladores a medida que avanzas.

Uno de los grandes felinos más esquivos de Belice tiene un hábitat especial. Cockscomb Basin Wildlife Sanctuary se creó en la década de 1980 para proteger a los jaguares en peligro de extinción, y sus más de 500 kilómetros cuadrados, con 19 kilómetros de senderos naturales, forman ahora el santuario animal más popular del país. Aunque los felinos con manchas más grandes del mundo son los habitantes más famosos de este lugar, son nocturnos, así que te hará falta un golpe de suerte para verlos. Pero no te preocupes: además de cascadas y vistas a las montañas, también tendrás la oportunidad de observar ocelotes, pecaríes, tapires, buitres reales, armadillos, nutrias y cientos de aves autóctonas.

Si, cuando piensas en aventuras, te imaginas imponentes templos antiguos rodeados por una exuberante jungla tropical, ¡estás de suerte! La mayoría de los expertos ahora creen que Belice fue el centro de la civilización maya. Nacida en el Yucatán alrededor del 2600 a. C., esta civilización clásica alcanzó su máximo esplendor en torno al 250 d. C. y permaneció en el poder hasta aproximadamente el año 1000. Los numerosos yacimientos arqueológicos que hay por todo el país son buenos ejemplos de su influencia. Caracol, que data del año 1200 a. C., es el sitio arqueológico con ruinas mayas más grande de todo Belice y fue en su día el hogar de más de 100 000 habitantes. Pasea por antiguos patios y complejos residenciales en este yacimiento que también cuenta con un observatorio astronómico completo, más de 100 tumbas, y el Caana, o palacio celestial, una enorme pirámide que es la estructura maya más alta del país.

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Cayo Ambergris, la isla más grande de la costa de Belice, es el paraíso tropical arquetípico y el lugar ideal para disfrutar del sol y el surf. Con 40 kilómetros de largo y 8 de ancho en su punto más extenso, esta isla puede presumir de espectaculares playas de arena blanca y de las aguas cristalinas del Caribe. San Pedro, la ciudad principal de Ambergris, es un lugar muy animado lleno de restaurantes, bares y tiendas junto a la playa. Si te da pereza caminar, aquí la mejor manera de desplazarse es en carrito de golf o en bicicleta. Elige uno de los alquileres que ofrecemos en Cayo Ambergris para pasar unas vacaciones perfectas en la playa. ¿Quieres disfrutar de una ubicación frente a la costa con vistas al mar Caribe? ¡Deseo concedido! Por supuesto, las villas en Luxury Retreats también cuentan con piscina. ¿Otros planes fantásticos? Date un agradable baño en el jacuzzi o ponte unos pantalones cortos y una camiseta y acércate a San Pedro para echar un partido de tenis o baloncesto en una de las pistas que hay en la zona.

Si tienes pensado que tus vacaciones sean sinónimo de romanticismo y privacidad, tu destino es el resort Cayo Espanto. Este exclusivo complejo, situado en una isla privada, es un oasis de palmeras mecidas por las frescas brisas naturales. Aquí encontrarás villas con porches privados para comer al aire libre con tu pareja y hamacas para pasar un día de relax. Cuando tengas ganas de explorar, súbete a un velero o a un kayak y lánzate a surcar las olas antes de regresar a tu alojamiento para disfrutar de una ducha en el exterior y de una bebida bien fría mientras el sol se pone sobre el océano.