¡Una experiencia muy divertida!
¡Aunque había una barrera del idioma, el anfitrión fue súper divertido!
La clase se lleva a cabo en un pequeño estudio, así que al principio el silencio es un poco intimidante, pero Koshiro lo hizo súper cómodo. Tan pronto como nos pusimos los uniformes y comenzó la clase, todos comenzamos a reír y a esforzarnos al máximo.
Fue súper carismático y muy interesado en que nos lo pasáramos muy bien. Nos animó en nuestro entrenamiento samurái a pesar de que estábamos luchando.
¡También se tomó su tiempo tomando fotos bastante geniales de nosotros en nuestras poses de samurái!
La clase dice una hora, pero si estás dispuesto a pasar más tiempo, él te ofrecerá mostrar todos sus geniales artefactos del período edo.
En general, gran experiencia, Koshiro nos hizo sentir muy bienvenidos y como si estuviera pasando un buen rato con nosotros también.